Últimas medidas del gobierno: remera o polera?
Se observa usualmente que, cuando hace calor, la gente tiende a vestirse con ropa liviana y fresca.
También es común ver que cuando hace frío, la gente no se viste con la misma ropa con que lo hacía cuando tenía calor. En lugar de eso, obviamente, usa ropa abrigada.
Para decir esto, debo reconocer, no puse en juego demasiadas neuronas.
Justo es reconocer también que existen personas que cuando hace frío andan en remera y cuando hace calor, se ponen una polera. Pero estos casos, sabemos, son excepcionales.
Dicho esto, y por una cuestión de simple sentido común, sería más que necio, más que idiota, más que estúpido, más que descerebrado, reclamarle al gobierno que use polera en verano y remera en invierno, o que, siendo que los países del llamado primer mundo se están hundiendo en una de las crisis económicas más desastrosas desde la Segunda Guerra Mundial, no tome medidas preventivas de austeridad y de control del gasto ante la posibilidad de que los efectos de esas crisis se hagan sentir acá.
No obstante la obviedad de estos razonamientos, esto es lo que reclama un señor Jorge Oviedo en La Nación de hoy: poleras en verano y remeras en invierno.
Para Jorge, estas medidas se tendrían que haber tomado mucho antes, cuando las vacas todavía estaban gordas. Pero no, no fue así. Este gobierno de ineptos se dio cuenta tarde de que ya había llegado el "invierno", y de que había que cambiar la remera por la polera.
En lugar de eso se patinaron la guita en gas barato, electricidad barata, agua barata PARA TODOS, computadoras para los pibitos de las escuelas públicas, fiestas del Bicentenario, televisores para los viejos jubilados (para que si no los van a usar mucho tiempo), subsidios para la industria, para pequeños productores agropecuarios, expansión del crédito, del consumo y de otro montón de boludeces más.
En síntesis, La Nación no ve la hora de que lleguen a estas playas lo efectos de la crisis europea y estadounidense, que se dispare la inflación, que se dispare el dolar, que empiecen los disparos, los piquetes y los saqueos y se vaya todo a la mismísima mierda. Y así poder decir: "Vieron... teníamos razón".
También es común ver que cuando hace frío, la gente no se viste con la misma ropa con que lo hacía cuando tenía calor. En lugar de eso, obviamente, usa ropa abrigada.
Para decir esto, debo reconocer, no puse en juego demasiadas neuronas.
Justo es reconocer también que existen personas que cuando hace frío andan en remera y cuando hace calor, se ponen una polera. Pero estos casos, sabemos, son excepcionales.
Dicho esto, y por una cuestión de simple sentido común, sería más que necio, más que idiota, más que estúpido, más que descerebrado, reclamarle al gobierno que use polera en verano y remera en invierno, o que, siendo que los países del llamado primer mundo se están hundiendo en una de las crisis económicas más desastrosas desde la Segunda Guerra Mundial, no tome medidas preventivas de austeridad y de control del gasto ante la posibilidad de que los efectos de esas crisis se hagan sentir acá.
No obstante la obviedad de estos razonamientos, esto es lo que reclama un señor Jorge Oviedo en La Nación de hoy: poleras en verano y remeras en invierno.
Para Jorge, estas medidas se tendrían que haber tomado mucho antes, cuando las vacas todavía estaban gordas. Pero no, no fue así. Este gobierno de ineptos se dio cuenta tarde de que ya había llegado el "invierno", y de que había que cambiar la remera por la polera.
En lugar de eso se patinaron la guita en gas barato, electricidad barata, agua barata PARA TODOS, computadoras para los pibitos de las escuelas públicas, fiestas del Bicentenario, televisores para los viejos jubilados (para que si no los van a usar mucho tiempo), subsidios para la industria, para pequeños productores agropecuarios, expansión del crédito, del consumo y de otro montón de boludeces más.
En síntesis, La Nación no ve la hora de que lleguen a estas playas lo efectos de la crisis europea y estadounidense, que se dispare la inflación, que se dispare el dolar, que empiecen los disparos, los piquetes y los saqueos y se vaya todo a la mismísima mierda. Y así poder decir: "Vieron... teníamos razón".
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