Eficiencia a la chilena: como debe ser un país en serio

Hubo un día en que San José, pequeño pueblito minero de Chile, se convirtió en Huston o en Cabo Cañaveral.

Las naves espaciales no eran naves espaciales sino naves... ¿subterráneas? Sí, no estaría mal ponerlo así.

En lugar de despegar hacia los confines de la atmosfera, se adentraban en las profundidades de la tierra. El objetivo: rescatar a 33 mineros atrapados en las entrañas de la tierra.

"Houston, tenemos un problema" se transformó en "Santiago, tenemos un problema".

Apolo XIII quedó hecho un poroto al lado de la Fenix 2 (se llamó así a la nave subterranea encargada de
sacar a los mineros)

El escenario montado en donde se produciría el ascenso de los mineros atrapados, reproducía como tantas veces se vio, en repetidas películas holywodenses, el centro de un comando de operaciones espaciales: rostros tensos, temerosos, ansiedad, incertidumbre. El presidente ¿Obama? no... Piñera, el presidente Piñera, junto a la primera dama y los allegados de los atrapados, esperan la resolución feliz de todo el operativo de rescate. La bandera chilena, con una sola estrella, aparece por todos lados: en el fondo de la mina agitada por los mienros, en la nave (que también tiene los colores chilenos), en los uniformes de los rescatistas.

Por fin aparece la Fenix 2 con el primer minero y todo estalla en aplausos, brazos en alto, sonrisas, llanto, emoción. Los operadores se abrazan. La inteligencia, el esfuerzo, la preparación, el sacrificio, la voluntad... han triunfado nuevamente.

Se lo propusieron y lo hicieron. Lo planificaron y lo ejecutaron.

Se escucha - debo decir, en honor a la verdad- hasta el cansancio "Chi, chi, chi... le, le, le, Chile!!!"
Piñera no puede dejar pasar esta oportunidad histórica, y aparece con su ancha, reluciente y blanca sonrisa de oreja a oreja, como artífice y símbolo del rescate. Hay que ver quien le compra ese buzón.

Gracias a Dios, todo salió bien. No le quitemos mérito a los hemanos trasandinos, no desvaloricemos el sufrimiento de esos mineros, que en su inocencia no salen de la alienación oportunamente denunciada, y se vuelven funcionales a aquellos que los mandaron a socavar las entrañas de la tierra por dos mangos.

Sin embargo, cabe detenerse un poco en el manejo de la información, en la presentación de la noticia.

¿Qué es lo que se está diciendo en realidad?

Por la tele, no hay canal que no este pasando el rescate de los mineros, que no este elogiando la "eficiencia chilena".

El mensaje, o más bien, el metamensaje, lo que queda flotando luego de todo este bombardeo de como Chile salvó a sus mineros, es, me parece, un contraste implícito, perverso, manipulador. Parece que es el fondo nos estuvieran diciendo:

"Esto es lo que hace un país serio. Esto es lo que puede hacer un país de verdad. Este es un ejemplo a seguir. Chile es un país serio. Un país eficiente. Un país ordenado. No como los demagogos, populistas, inoperantes de los Kirchner o Chavez".

Alguno dira: "No seas perseguido". Puede que tenga razón. Pero basta, en serio, paren con la "eficiencia chilena", no bastardeen algo que ha sido realmente meritorio. En especial porque no quiero que tengan que mandar a la nave Fenix a rescatarme los huevos, que los tengo realmente por debajo del nivel del mar con la "eficiencia chilena".

Ojo... digo, de onda.

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