La influencia de los medios o el tiro por la culata.

Se dice por ahí: el resultado de las primarias revela que el accionar de los medios de comunicación no influye sobre la opinión de la gente.

Un acierto y un desacierto se contienen en esta afirmación.

El acierto: cuando los que dicen esto son los medios opositores al gobierno, están reconociendo implícitamente su accionar intencionado tendiente a influir sobre la opinión pública con el objetivo de volcar la voluntad de los votantes en contra del gobierno de CFK.

El desacierto: el resultado de las primarias revela que efectivamente los medios opositores al gobierno han influido sobre la opinión pública, pero no del modo en que estos pretendían. La ciudadanía sencillamente se dio cuenta de la rusticidad del intento de manipulación mediática por el solo empleo del sentido común: no puede ser que todo este mal y que este gobierno haga todo mal. Simplemente no puede ser. Ni con De la Rúa podía ser así (aun que se esforzó mucho para lograrlo, es decir, que este todo mal). Sumemos a eso la distancia sideral del gobierno de NCK y de CFK, respecto de cualquier otro desde 1955 a la fecha.

Clarín y La Nación no aprenden e incurren en el mismo error de querer presentar como evidente lo evidente (no es un error).

El resultado de las primarias es indiscutible y esto lo puede entender cualquier ciudadano de a pie. No obstante eso, los dos grandes diarios vuelven a la carga para negar el sentido común.

Lo criterioso: reconocer lo evidente y no tratar de vender gato por liebre. Vuelvan a informar, dejen de actuar como un actor político. Basta de buzones, o les va a salir otra vez el tiro por la culata.

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