Sarlo, la Salieri de Cristina

Leo la nota publicada en la edición de hoy de La Nación, jueves 23 de junio de 2011, firmada por la ensayista Beatriz Sarlo.

Esta persona, esta mujer, tiene un problema, serio, personal con Cristina Fernández.

Las críticas que realiza, los análisis de la conducta, de las actitudes, de las acciones de la presidenta Cristina Fernández, evidencian un encono, una suerte de resentimiento que se entiende únicamente si se tratara de algo personal.

Cristina, que sepamos, no le ha hecho nada directamente a Beatriz Sarlo, que pueda explicar la agresividad, la impiedad, la inquina con que la ensayista trata a CFK. Por lo tanto, tienen que existir otras motivaciones.

BS titula columna de hoy “A sus órdenes, señora”.

El título ya de por si conlleva un mensaje implícito: el del autoritarismo que encarna CFK por un lado, y la subordinación ciega, irracional, obsecuente, no solo de quienes la rodean sino del propio Estado Argentino. Para BS, CFK está en este momento por encima del Estado Nacional.

Continua luego con una serie de reclamos hacía diversas acciones y actitudes de CFK, que analizándolas incluso superficialmente, no constituyen más acciones y actitudes que hacen al ejercicio el poder por parte de cualquier político y estadista que se precie de tal.

Reclama mojigatamente BS por:

1.- El uso y abuso de la publicidad oficial.

2.- El ninguneo propiciado al gobernador de Santa Fe Hermes Binner, por parte de CFK en el acto por el día de la bandera en Rosario.

3.- Su demora calculada en dar a conocer su intención de presentarse nuevamente como candidata a la presidencia, a fin de mantener perversamente en vilo a la sociedad.

4.- La obsecuencia miedosa de Daniel Filmus por negarse a debatir con Macri en TN y en cambio proponer el ámbito de la UBA, ante la posibilidad de llevarle un fracaso televisivo a su “jefa”.

5.- Su actitud evasiva a prestarse al debate con los otros candidatos presidenciales.

6.- Su incapacidad para ponerse a la altura de Lula, al que BS toma como ejemplo, refiriendo al lugar en que el ex - mandatario brasileño anunció su postulación a un segundo mandato.

El contenido de las quejas de BS, sumado a la presentación muchas veces mordaz e irónica que realiza de las mismas, evidencian que ya no sabe realmente de que quejarse. Se podría responder a cada una de estas temáticas y rebatir todos y cada uno de sus argumentos.

El punto central, el núcleo del problema está en otra parte. Lo que realmente llama la atención es la denuncia que hace BS respecto del uso calculado, frio, pragmático, por parte de CFK, de su situación de reciente viudez con fines políticos. Dice BS en su columna:

“… Durante ocho meses [CFK] introdujo el suspenso de sus emociones en los actos en que participó. Nadie desconfía de la verdad ni de la intensidad de su dolor. Sin embargo, se comprueba que manejó perfectamente los beneficios secundarios de su duelo verdadero. ¿Llora o no llora? ¿Se quiebra en un sollozo o sigue con la voz firme? […]Con esta puesta en la escena pública de sus emociones, la Presidenta se mostró conocedora de las estéticas televisivas…”

Creo que en estos dichos BS revela realmente la naturaleza personal de su ataque a la presidenta. Hay que tener un verdadero resentimiento o bien un espíritu miserablemente diminuto como para no respetar el dolor por la pérdida sufrida por la presidenta y la figura del ex presidente fallecido.

BS ha superado todo limite de decencia, de misericordia, de piedad. Bien puede pensarlo, pero no debería decirlo. Y muchos menos, si bien es libre de hacerlo, no deberían publicarlo. Ante estos dichos, similares a los que pronunciara la candidata presidencial Elisa Carrió hace unos días atrás, no cabe la respuesta racional sino solamente la indignación.

Beatriz Salieri

Tamaña miseria espiritual, me recuerda la de otro personaje paradigmático, personaje que aspiro a la luminosidad pero hubo de ser sepultado en las sombras y el olvido: el pequeño Salieri.

BS es la versión femenina de Salieri. El odio que siente BS es el mismo que Salieri sentía por Mozart. CFK encarna para BS lo que ella nunca jamás podrá ser: una intelectual en acción y además, legitimada por gran parte de la sociedad.

Al igual que Salieri, BS disfruta de una suerte de posición privilegiada, ganada más con esfuerzo y voluntad que con genialidad, no garantizada ni demostrada por toneladas de escritos y lecturas. Tiene BS su espacio en la corte de La Nación y de Clarín, más por decir lo que se debe decir en esos medios, que por pensar libremente.

Observa desde el fondo, desde la oscuridad, el brillo de esa mujer audaz, arrogante, atrevida, que se mueve con soltura entre los hombres y sobre los que ejerce su autoridad. Observa a esa mujer locuaz, inteligente, obedecida, querida de su pueblo… y no lo soporta, de la misma manera que Salieri no soportaba el genio impertinente de Mozart.

Creo que no hay otra manera de entender a esta pobre mujer.

BS es Salieri. De ahora en más correspondería llamarla Beatriz Salieri, no Beatriz Sarlo.

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