Elecciones

Elecciones
Indiferencia. Expectativa. Participación. Excitación. Civismo Cinismo. Guerra. Destreza. Ingenio.
Hay hombres que quieren meter su cabeza en la boca del león. Es el precio por el bronce de la Historia. Es más fuerte que ellos. Y se entiende.
Podrían vivir tranquilamente observando. Pero no. Quieren, desean estar ahí, en el centro. ¿Que los mueve? ¿El deseo de trascendencia, el ejercicio del poder, el amor al prójimo? Ahi están Daniel, Florencio y Mauricio.
Elecciones
La multitud observa por tv esta regeneración del combate, de la competencia. De la guerra. Por que es eso, la guerra, en la que podemos morir sin morir y tener la ilusión del triunfo. Cuando en realidad, al apagar el aparato volvemos a ser los ignorados de siempre.
De ese combate ha de quedar solo un hombre. Y ese hombre va a tener el poder para decidir si voy a poder trabajar o voy a ser un desocupado, si me voy a morir por una gripe en la calle o si voy a tener un medico que me atienda. Si mis hijos podrán ir a una escuela y recibir una buena educación.
Para llegar a eso, para estar en el lugar de poder decidir por mi futuro y el de algunos millones de personas, estos hombres habrán de pasar primero por la pista del circo. El circo mediático. Ahí, en la pantalla, el ataque y la provocación. El duelo verbal Ingenios lingüísticos, mandobles a diestra y siniestra. Las más de las veces tergiversados. Lo que ya enseñaron los griegos y sus sofistas. Alrededor zumban los medios, cual Golums deformes, dueños de la inteligencia excitando la pelea. Pero no es eso lo que quieren. Ellos quieren controlar al ganador, o mejor, imponerlo ellos mismos en las mentes de la multitud. En ese sentido, una monarquía ofrece unas garantías claramente superiores en la gestión de los asuntos públicos. La premisa es simple:

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